martes, 28 de mayo de 2013

UNA NOCHE PARA MORIR (Prom Night, 2008)




Lo que pudo haber sido y tristemente no fue


Antes de empezar a despedazar ésta película quiero aclarar que esto NO es un remake en contra de lo que muchos piensan. Usaron el mismo título  del famoso slasher de los 80 y también desarrollaron la trama durante el baile de graduación de los jóvenes protagonistas. Pero a parte de eso son películas muy diferentes, con personajes distintos, historia distinta y desarrollo distinto. Por tanto no voy a entrar en comparaciones y la voy a valorar como una película independiente de la de los 80, que es como justamente debe ser juzgada ya que no tienen nada que ver una con otra.

PROM NIGHT (Una Noche para morir) tenía todos los ingredientes para ser un simpático slasher en la línea de las pelis clásicas de mis adorados años 80: varios adolescentes en los papeles principales, una protagonista rubia y virginal, un asesino con cuchillo haciendo estragos y como marco argumental el tan celebrado baile de graduación que sale en mil películas americanas. Esto en manos de Wes Craven y guionizado por Kevin Williamson habría sido la hostia en vinagre. Incluso en manos de otro director más o menos experimentado en el género o con un mínimo de idea de terror habría sido una buena película. No original, ni innovadora, ni transgresora… Pero sí buena, decente y un plato de buen gusto para los amantes de éste cine. Sin embargo no estamos ante tal caso, sino más bien ante una producción desastrosa con una magnífica idea terriblemente desarrollada. Y os lo explicaré a través de los SIETE PECADOS CAPITALES de “Una noche para morir”:

1-     Tiene un comienzo que podía haber sido potente pero se queda en una pobre secuencia insustancial, que no provoca tensión ni sobresalto alguno. Mal inicio, para que el público vaya preparándose... Olvidaros de un prólogo como el de “Scream”, el de “Leyenda urbana” o el de “Un San Valentín de muerte” ¡Nada más lejos de la realidad!


2-     Los personajes son TAAAAAAN tópicos, sin carisma alguna, que te da exactamente igual quien muera antes. No conectas con ellos, te transmiten indiferencia y las flojas interpretaciones de los “actores” ayudan a ello. Sólo se salva la actuación de Brittany Snow, la protagonista, quien sin ser una gran actriz más o menos se desenvuelve con soltura en su papel de sufrida heroína. Pero no se acerca a las mejores “final girls” del cine slasher así que tampoco os entusiasméis demasiado.



3-     El asesino es pésimo: no impone, no transmite miedo, no provoca sensación de peligro ni hace que tiembles con sus apariciones. Uno ve Halloween y cuando aparece Michael Myers con esa máscara blanca fantasmagórica, su cuchillo de cortar jamón y andando lentamente en la noche uno siente que se va a cagar encima pensando en cruzarse con un tipo así. Uno ve a Caracuero y su motosierra y se hace pipí en los pantalones. O pensad en Ghostface, el torpe pero rápido y letal asesino de “Scream”. O en el icónico y maravilloso Freddy Kruger… El psicópata de ésta película va vestido como un hombre normal, a cara descubierta y tiene menos garra que una canción de “El sueño de Morfeo”. Un asesino olvidable y prescindible a más no poder.




4-     Llegamos a las muertes… ¡Y no se por donde empezar a echar pestes! He contado 11 asesinatos en la película, una buena cifra sino fuera porque de esos 11 crímenes solamente uno tiene emoción y diversión. ¡Una única buena muerte en un slasher con 11 asesinatos! El resto son o fuera de cámara, o demasiado rápidas, o están desenfocadas y se ven fugazmente… ¡Y reivindico un premio a la limpieza para el asesino más pulcro de la historia! El maníaco erre que erre clavando el cuchillo y apenas derrama dos gotas de sangre. Literal. En un slasher las persecuciones y asesinatos de las víctimas son el plato fuerte, aquí hay una persecución más o menos tensa que es lo único que salva a la película de la catástrofe total. El resto son flojas y descafeinadas hasta el sopor así que un suspenso como la copa de un pino.



5-     ¿Alguien dijo suspense? El director debería haberse visto “Viernes 13” y secuelas, “Pesadilla en Elm St”, “El asesino de Rosemary”, “Sé lo que hicisteis el último verano”… Cualquiera de esos títulos le habrían servido para adquirir una idea de lo que debe transmitir en una película de terror adolescente. Tensión previa a los crímenes, suspense, inquietud, nerviosismo… La película naufraga nuevamente y excepto un par de sobresaltos más vistos que el tebeo el resto de los sustos se quedan en un mero intento.



6-     La rubia mala. Una buena película de terror debe tener o a un putón verbenero o a una pija irritante y egocéntrica para ser brutalmente asesinadas. Si tienes a ambas mejor que mejor, pero mínimo debe haber alguno de éstos personajes. Y aquí tenemos a una rubia con aspecto de muñeca Barbie que es capitana de las animadoras, presidenta del Comité Social de su instituto, alumna popular odiada por media escuela, novia del cachas rubio, etc… Y resulta INSOPORTABLE: es pesada, cansina, creída hasta decir basta, mimada, consentida y una arpía de tomo y lomo. ¡¡¡Pero no muere!!! Ni si quiera le dan un sustito, sencillamente te machacan con su desagradable presencia toda la película para que al final sobreviva sin ni quisera enterarse de había un asesino. ¿Cómo puedes tener a una diva de instituto como personaje en un slasher y no dedicarle la mejor persecución y muerte de toda la película? Uno de los mayores errores, por no decir el más grande, de ésta insulsa película.



7-     El clímax es tan descafeinado como el inicio. Triste, lo se, pero cierto como que ésta película es un truño gordo. Podían haber salvado la historia los últimos diez minutos, con un enfrentamiento épico entre la protagonista y el asesino, tirando la casa por la ventana y regalándonos un poco de emoción y violencia que nos hubiera dejado con un buen sabor de boca aunque fuera al final. Pero el director debió pensar que ya que la estaba cagando mejor seguir la misma tónica y el desenlace es rápido, aburrido y sólo apto para espectadores poco exigentes.




La conclusión final es que ésta película podría haber sido un divertimento para fans del terror ochentero y noventero: Habría bastado con unas cuentas muertes pseudo gores, varias persecuciones llenas de suspense, un potente inicio y un potente final con la actriz protagonista chillando a pleno pulmón y luchando contra el psicópata como una guerrera. Pero prefirieron aburrirnos y rodar un decepcionante slasher que se queda a medias en todo y del que poco se puede destacar y rescatar.

NOTA: 3/10


1 comentario:

  1. genial tu comentario tío, es que es una mierda tan estrepitosamente mala, que habría sido un agradecimiento que no hubiese existido... puaaag, es que es asquerosamente mala, por favor...

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