WAXWORK: MUSEO DE CERA (Waxwork, 1988)

Desfile de monstruos clásicos de cera

 

A finales de los 80 el subgénero slasher comenzaba a estar de capa caída, por lo que surgieron nuevas vías de escape para los fans del terror y los directores buscaban nuevos enfoques para entretener al público adolescente. Una de esas producciones de finales de la década que trató de dar un giro de tuerca al cine de terror juvenil fue la interesante pero irregular "Waxwork: museo de cera"; dirigida por el experto en serie B Anthony Hickox.

El argumento narra como un joven grupo de estudiantes son invitados por un tipo misterioso a un pase privado nocturno al nuevo museo de cera que está a punto de ser inaugurado en la ciudad. Los chicos deciden asistir y allí descubrirán recreaciones muy reales sobre Drácula, el hombre lobo, un cementerio infectado de zombies y un largo etcétera de monstruos, criaturas y personajes bizarros. Es entonces cuando descubren que pueden atravesar un portal espacio-tiempo que les lleva a vivir en primera persona terroríficas escenas junto a las criaturas de cera del museo. Y a partir de ahí comienza a desarrollarse una historia que entremezcla la comedia juvenil con el terror clásico, la trama policíaca y el fantástico más ochentero. ¿Es por ello "Waxwork" una buenísima película que deba recomendaros como imprescindible? NO, sencillamente es pasable pero también olvidable. Primeramente creo que el mayor problema de la película es que el director aborda diferntes géneros y subgéneros, por lo que el exceso y la combinación le vienen grandes y desaprovecha el material que tiene entre manos. Pienso que éste argumento dirigido por Wes Craven o John Carpenter habria dado de si de otra forma y habría recibido un enfoque más adecuado. Anthony Hickox es el clásico director sin personalidad, sin sello propio y eso es lo que transmite ésta película: parece dirigida por un aficionado al que el proyecto le viene grande y sin identidad propia de autor. Además, las pobres interpretaciones del reparto no ayudan a conectar con los ya de por si estereotipados personajes. Vemos algunos rostros conocidos del fantástico de los 80 (Destaca por supuesto Zach Galligan, de "Gremlins", quien aquí está muy poco inspirado) pero ninguno resulta demasiado creíble en su papel. A eso hay que añadir una puesta en escena "teatral", más propia de una representación en escenario que en gran pantalla. Hay veces que que resultan MUY CANTOSOS los decorados cartón-piedra y la evidente falta de medios técnicos. Y como guinda tenemos un ritmo irregular, lleno de altibajos que tan pronto hace que "Waxwork" resulte amena y entretenida como pesada y que se pierde el interés en ella; no siendo constante y pasando del divertimento al aburrimiento varias veces a lo largo del metraje. ¿Puntos a favor? La idea: original y poco común, no era algo que estuviera especialmente visto en los 80. El argumento mezcla el esquema típico del slasher con fantasía, monstruos y comedieta adolescente; algo que en aquel momento resultaba más innovador que hacer otra copia de "Viernes 13" o de "Halloween". Además, he de decir que la peli sorprende en cantidad de gore ya que hay algunas escenas bastante sangrientas que desentonan con el enfoque ligero que tiene el resto de la película. A pesar de sus buenas intenciones y de ser una propuesta interesante la película no termina de funcionar por culpa de un montaje fallido y de un director flojo. No obstante merece la pena echarle un vistazo, como curiosidad; sobre todo para coleccionistas ochenteros. En general se deja ver, tiene partes bastante emocionantes y entretenidas; mientras que otras incitan al bostezo. Pero no es una buena película, resulta mejorable en muchos aspectos y te hace preguntarte lo genial que habría sido el resultado de haber tenido más presupuesto y otro equipo más profesional. Aún así es una peli que no molesta, serie B de segunda categoría, no es un clásico ni me parece un reivindicable título de culto; pero es una correcta muestra de cine de terror para adolescentes poco exigentes.

NOTA: 5/10