Erótico giallo de manual
Si ésta misma mañana os hablaba de "La cola del escorpión", del interesante Sergio Martino, ahora es el turno de otro de sus famosos giallos; rodado en el mismo año que la película anterior y con el sugerente nombre de "La perversa señora Ward".
En 1971 el género estaba en pleno auge e Italia hacía giallos como churros, unos mejores y otros peores; algunos sencillamente correctos pero no imprescindibles como es el caso del título del que vengo a hablaros. Porque si hay algo que caraceriza a "La perversa señora Ward" es su irregularidad, por lo que no puede considerarse uno de los mejores giallos a pesar de sus virtudes y de que es un título a tener en cuenta. Martino, menos inspirado que en otras ocasiones o quizás demasiado presionado por los productores, pierde demasiados minutos en pantalla contándonos las aventuras erótico-festivas de la chocho alegre apasionada señora Wardh (en la traducción española se tragaron la "h" final). Por tanto la trama criminal y policíaca queda relegada en un segundo plano durante casi la primera mitad de la película. No obstante hay que tener en cuenta que la protagonista era la guapa Edwige Fenech, una actriz muy limitada y un tanto inexpresiva pero muy sensual y morbosa; por lo que parecía más importante que saliera desnuda cada cinco minutos que desarrollar un giallo inolvidable. La trama de película nos cuenta como Julie Wardh, una mujer más puta que las gallinas fogosa y necesitada de cariño por culpa de un marido excesivamente centrado en su trabajo, conoce al apuesto primo de una íntima amiga suya e inicia con él un tórrido romance extramatrimonial. Paralelamente Julie está siendo acosada por su ex novio, un tipo maltratador y dominante con quien tuvo una extraña historia casi masoquista; y además varias chicas de la ciudad están siendo brutalmente asesinadas por un tipo misterioso vestido de negro y que usa una cuchilla de afeitar. Mientras el número de víctimas aumenta y la vida de Julie cada vez corre más peligro, el número de sospechosos disminuye pero ¿Quién es el psicópata que la atormenta y que mata a pobres mujeres?
Sobre "La perversa señora Ward" no hay mucho que pueda contar sin destriparos demasiado, ya que como sucede en éste tipo de películas de forma habitual si no se es cuidadoso con ciertos detalles se destruye la intriga y la sorpresa. Martino filma ésta vez un giallo al que le cuesta un poco arrancar, ya que a pesar de que durante los primeros 15-20 minutos vemos como el maníaco mata a dos pobres chicas; el director se enreda mucho en el triángulo amoroso de la protagonista lo cual ralentiza la historia y distrae de lo que verdaderamente es importante. Sin embargo, pasada la primera media hora "La perversa señora Ward" coge ritmo y fuerza; aumentando el interés en el espectador y comenzando el tramposo juego en el que nos involucra el director. Porque a pesar de los desnudos gratuitos de la mayoría de actrices (la Fenech incluida, sus incondicionales acabarían hartos de verle las pechugas), a pesar de las HORTERAS escenas de sexo/amor entre los protagonistas y del drama de la señora Ward que está entre dejar al marido por el amante o combinar a ambos y turnar su ajetreado chichi; a pesar de todo ésto la película es un giallo con todas las letras. El asesino es clásico hasta la médula (ropa negra, sombrero de ala, guantes negros y navaja de afeitar), hay varios sospechosos y el espectador inevitablemente irá haciendo cábalas sobre quien está detrás de los asesinatos y tratará de recomponer el puzzle a base de pistas (como siempre, algunas falsas que te dejan confuso y sin poder predecir por donde continuarán los tiros), hay algunas escenas de tensión y suspense rodadas con muy buen pulso por el director, los típicos asesinatos a mujeres de vida alegre y un final rocambolesco y enrevesado. La peli es giallo puro, pero a pesar de cumplir todos los clichés necesarios no brilla como otros títulos. Quizás sea porque la historia se hace ligeramente pesada y lenta en algunos tramos, por lo que la película no termina siendo tan disfrutable como debería.
Me gustaría destacar la banda sonora, muy adecuada y bonita; en los giallos la música suele jugar un papel fundamental y siempre se agradece que haya una buena B.S.O. acompañando a la trama; cosa que en éste caso sucede. Y también resalta la escenografía y el contraste que da Martino entre la primera parte de la trama y los últimos 30 minutos, que se desarrollan en... ¡Nuestra querida España! El inicio y todo el grueso de la película transcurren en Viena (Austria), ciudad en la que viven Julie y su esposo y donde extrañamente todo el mundo es italiano y habla en éste idioma jajajaja ¡¿En Viena?! Pues sí, el director se lo pasa por el forro y hace como si Viena fuera la nueva Roma. Volviendo al tema de la escenografía (me salgo por los cerros de Úbeda); Viena aparece casi siempre de noche y como una ciudad fría y peligrosa; muy elegante y señorial pero también oscura y amenzadora. Luego la prota y su amante (George Hilton, un actor fetiche del giallo que apareció en casi todos los buenos títulos de ésta época) deciden hacer una escapada romántica hasta España y pasan sus vacaciones en la Costa Mediterránea, concretamente en la localidad de Sitges (provincia de Barcelona). Sitges aparece alegre, soleada, veraniega; como un lugar bonito, relajado y seguro. Ese contraste entre una ciudad y otra me pareció inteligente y me gustó el detalle de Martino.
Resumiendo, "La perversa señora Ward" es un giallo de corte clásico, bastante erotizado y con innecesarias escenas picantes, una historia misteriosa y con giros sorpresas, Edwige Fenech en estado de gracia ejerciendo de musa del género, algunos baches en el montaje y una historia policíaca intrigante. Una película generalmente entretenida, correcta; pero no sobresaliente. Eso si, los fans del giallo debéis verla para ampliar la colección porque se guarda un par de ases en la manga bastante buenos y además es un ejemplo claro de psycho-thriller italiano setentero.
NOTA: 7/10
Sobre "La perversa señora Ward" no hay mucho que pueda contar sin destriparos demasiado, ya que como sucede en éste tipo de películas de forma habitual si no se es cuidadoso con ciertos detalles se destruye la intriga y la sorpresa. Martino filma ésta vez un giallo al que le cuesta un poco arrancar, ya que a pesar de que durante los primeros 15-20 minutos vemos como el maníaco mata a dos pobres chicas; el director se enreda mucho en el triángulo amoroso de la protagonista lo cual ralentiza la historia y distrae de lo que verdaderamente es importante. Sin embargo, pasada la primera media hora "La perversa señora Ward" coge ritmo y fuerza; aumentando el interés en el espectador y comenzando el tramposo juego en el que nos involucra el director. Porque a pesar de los desnudos gratuitos de la mayoría de actrices (la Fenech incluida, sus incondicionales acabarían hartos de verle las pechugas), a pesar de las HORTERAS escenas de sexo/amor entre los protagonistas y del drama de la señora Ward que está entre dejar al marido por el amante o combinar a ambos y turnar su ajetreado chichi; a pesar de todo ésto la película es un giallo con todas las letras. El asesino es clásico hasta la médula (ropa negra, sombrero de ala, guantes negros y navaja de afeitar), hay varios sospechosos y el espectador inevitablemente irá haciendo cábalas sobre quien está detrás de los asesinatos y tratará de recomponer el puzzle a base de pistas (como siempre, algunas falsas que te dejan confuso y sin poder predecir por donde continuarán los tiros), hay algunas escenas de tensión y suspense rodadas con muy buen pulso por el director, los típicos asesinatos a mujeres de vida alegre y un final rocambolesco y enrevesado. La peli es giallo puro, pero a pesar de cumplir todos los clichés necesarios no brilla como otros títulos. Quizás sea porque la historia se hace ligeramente pesada y lenta en algunos tramos, por lo que la película no termina siendo tan disfrutable como debería.
Me gustaría destacar la banda sonora, muy adecuada y bonita; en los giallos la música suele jugar un papel fundamental y siempre se agradece que haya una buena B.S.O. acompañando a la trama; cosa que en éste caso sucede. Y también resalta la escenografía y el contraste que da Martino entre la primera parte de la trama y los últimos 30 minutos, que se desarrollan en... ¡Nuestra querida España! El inicio y todo el grueso de la película transcurren en Viena (Austria), ciudad en la que viven Julie y su esposo y donde extrañamente todo el mundo es italiano y habla en éste idioma jajajaja ¡¿En Viena?! Pues sí, el director se lo pasa por el forro y hace como si Viena fuera la nueva Roma. Volviendo al tema de la escenografía (me salgo por los cerros de Úbeda); Viena aparece casi siempre de noche y como una ciudad fría y peligrosa; muy elegante y señorial pero también oscura y amenzadora. Luego la prota y su amante (George Hilton, un actor fetiche del giallo que apareció en casi todos los buenos títulos de ésta época) deciden hacer una escapada romántica hasta España y pasan sus vacaciones en la Costa Mediterránea, concretamente en la localidad de Sitges (provincia de Barcelona). Sitges aparece alegre, soleada, veraniega; como un lugar bonito, relajado y seguro. Ese contraste entre una ciudad y otra me pareció inteligente y me gustó el detalle de Martino.
Resumiendo, "La perversa señora Ward" es un giallo de corte clásico, bastante erotizado y con innecesarias escenas picantes, una historia misteriosa y con giros sorpresas, Edwige Fenech en estado de gracia ejerciendo de musa del género, algunos baches en el montaje y una historia policíaca intrigante. Una película generalmente entretenida, correcta; pero no sobresaliente. Eso si, los fans del giallo debéis verla para ampliar la colección porque se guarda un par de ases en la manga bastante buenos y además es un ejemplo claro de psycho-thriller italiano setentero.
NOTA: 7/10
(Pelea de gatas)
(la Fenech en tetas)
(la Fenech en tetas y culo)
(Con lo hortera que la visten normal que se desnude tanto)
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