Copiando descaradamente con todo el "harte" del mundo
Ulli Lommel es un "reputado" alemán con más de cincuenta créditos como director en películas que lleva treinta años ganándose la vida a base de producir y dirigir churros esperpénticos. Sin embargo, dentro de su casposa y chabacana filmografía hay algún que otro (poquísimos) título que a pesar de cierta cutrez pueden ser salvados de la quema. Uno de ellos es "Satanás, el reflejo del mal", la peli que hoy ocupa el blog y una buena muestra de serie B de principios de los 80 en la que lo chusco de la propuesta acaba siendo divertido y disfrutable.
Lacey y Will son dos hermanos pequeños, cuyo padre les abandonó hace mucho tiempo y que viven con su madre que es un grandísimo pendón desorejado. La buena señora, que de buena tiene poco y de señora aun menos, es una morbosa a la que al parecer le pone que sus amantes le quiten las medias y se las pongan en la cara como si fueran ladrones. Una noche está retozando con un tipo súper chungo que tiene pintas de portero de prostíbulo de carretera. El novio de la madre ha atado a la cama al pobre Will para qe no les moleste y su hermanita le desata cortando las cuerdas con un cuchillazo de carnicero. Una vez libre el niño agarra el cuchillo y se cepilla a puñaladas al ligue de su madre mientras este se la está clavando a ella entre muslo y muslo. Veinte años después, la niña es ahora una adorable y guapa mujercita felizmente casada y con un hijo pequeño. Y el hermano, mudo tras la traumática experiencia, vive con ellos en una granja junto a otros familiares como si fueran los de la "Casa de la pradera". Tras recibir una carta de la madre que está recluida en un asilo o psiquiátrico (nunca me quedó claro), Lacey empieza a tener perturbadoras pesadillas sobre el asesinato que su hermano cometió de niño. Aconsejada por un psicólogo, visita la casa de su infancia junto a su marido y... ¡Coño os la estoy contando entera! jajajaja
"Satanás, el reflejo del mal" no es una película que destaque especialmente por su argumento o historia. La originalidad es nula pero ¡¿A quien le importa?! Lo que hace que este film funcione es la BRUTAL nostalgia que desprende y su intenso aroma a exploit de comienzos de los 80. Tiene magia, tiene encanto, tiene un noseque que la hace especial y para los fanáticos del cine de terror de los 70 y los 80 es una gozada. La película es una chapuza en algunos aspectos y eso no se puede negar: su guión es un disparate, la historia es inconclusa y a veces incluso confusa, los actores están de patio de colegio, hay diálogos de coña, personajes que van y vienen sin pintar demasiado, etc... No se puede negar que su valor artístico es escaso y cualquier cinéfilo de criterio la pondría a caer de un burro. Pero los que entráis a leer aquí sabéis de más que me ABURRE el cine gafapastas (Hello Woody Allen, Hello Sofia Coppola) y admiro muchísimo a gente como Joe D' Amato o Umberto Lenzi así que evidentemente "Satanás, el reflejo del mal" es una peli que me ha molado bastante.Y no, ni si quiera yo puedo decir que sea buena. Pero hay un par de cosas de esta película que me han cautivado bastante y no he podido evitar pasar un agradable rato de diversión con ella. Una es su B.S.O.: potentísima, clasiquísima, mítica, 100% ochentera, escalofriante, chirriante, con abuso de sintetizadores y... ¡Similar a la de "Halloween" de John Carpenter! Porque si, tiene un ramalazo halloweenesco que nadie puede negar pero a pesar de ciertas similitudes esta B.S.O. brilla con luz propia y es una chulada. El otro punto destacable es por supuesto su fotografía y atmósfera que juegan completamente a favor de la película. Ese aire retro, absolutamente Grindhouse, de película vieja y barata, sucia, underground... ¡Puro amor! "Satanás, el reflejo del mal" puede tener un guión que hace aguas y que además es un plagio descarado de otras películas pero su atmósfera malsana es única. No puedes tomártela demasiado en serio porque sus fallos a veces son risibles y su cutrez y bizarrismo la hacen involuntariamente cómica. Pero uno ve esas imágenes, esos planos tan sugestivos, ese tratamiento de la luz y los colores... La fotografía antigua le da un toque nostálgico y oscuro transmitiendo un ambiente de mal rollo muy bien conseguido. Que la gente vaya a ver cine en 3-D y se compre los blu-rays que le de la gana pero a mi estas joyas casposas con esa atmósfera tan sucia y esa fotografía vintage de película barata me conquistan y me vuelven loco. Sobre el argumento decir que es un refrito entre "Halloween" (copia descaradamente algunos planos en plagios de juzgado de guardia), "El exorcista" y "Terror en Amityville". Y además las muertes "accidentales" de la película (perpetradas por el espectro del amante asesinado de la madre) sirvieron claramente para inspirar a futuros títulos del terror adolescente. Porque nadie puede negar que la saga "Destino final" (de la cual me considero súper fan) homenajea/copia el esquema de "Satanás, el reflejo del mal" en el que un ente todopoderoso, maligno e invisible provoca una serie de accidentes de tipo doméstico para cargarse al personal. A todo esto hay que añadir posesiones que se sacan de la manga cuando más les conviene, un espejo maldito, una familia en grave peligro... La verdad es que se trata de una cinta entrañable que aguanta un par de visionados porque, a pesar de ser bastante chunga los más nostálgicos sabrán encontrarle varias virtudes por las que merece la pena aguantar hasta el final. Tiene un par de altibajos narrativos, en los que la historia (ya de por sí incoherente como ella sola) se estanca un poco pero a rasgos generales se hace medianamente amena y entretenida. Como dato de curiosidad diré que la protagonista, Suzanna Love, es también guionista de la película y la pareja por aquel entonces del director. No es que la chica sea una gran actriz ni mucho menos, pero como scream queen de segunda fila cumple de sobra y está correcta.
"Satanás, el reflejo del mal" es esa mala película que os gustará sin saber muy bien el motivo y aunque podáis sentir vergüenza ajena de ella no tendréis reparos en verla más de una vez porque se trata de un claro caso de placer culpable. Grandisima B.S.O., estética retro y totalmente rollo Grindhouse, atmósfera muy bien conseguida, una fotografía tenebrosa y una historia que bebe del éxito de otros clásicos copiando de aquí y de allá. No es buena ni tampoco recomendable para todo tipo de públicos, pero los amantes de la serie B de los 70 y los 80 lo pasarán muy bien con esta propuesta libre de pretensiones y que hará las delicias de los que añoran aquella época dorada del género de terror. Yo desde luego tengo pensado volver a verla un par de veces más y me lo pienso pasar como los indios otra vez.
NOTA: 6/10
Lacey y Will son dos hermanos pequeños, cuyo padre les abandonó hace mucho tiempo y que viven con su madre que es un grandísimo pendón desorejado. La buena señora, que de buena tiene poco y de señora aun menos, es una morbosa a la que al parecer le pone que sus amantes le quiten las medias y se las pongan en la cara como si fueran ladrones. Una noche está retozando con un tipo súper chungo que tiene pintas de portero de prostíbulo de carretera. El novio de la madre ha atado a la cama al pobre Will para qe no les moleste y su hermanita le desata cortando las cuerdas con un cuchillazo de carnicero. Una vez libre el niño agarra el cuchillo y se cepilla a puñaladas al ligue de su madre mientras este se la está clavando a ella entre muslo y muslo. Veinte años después, la niña es ahora una adorable y guapa mujercita felizmente casada y con un hijo pequeño. Y el hermano, mudo tras la traumática experiencia, vive con ellos en una granja junto a otros familiares como si fueran los de la "Casa de la pradera". Tras recibir una carta de la madre que está recluida en un asilo o psiquiátrico (nunca me quedó claro), Lacey empieza a tener perturbadoras pesadillas sobre el asesinato que su hermano cometió de niño. Aconsejada por un psicólogo, visita la casa de su infancia junto a su marido y... ¡Coño os la estoy contando entera! jajajaja
"Satanás, el reflejo del mal" no es una película que destaque especialmente por su argumento o historia. La originalidad es nula pero ¡¿A quien le importa?! Lo que hace que este film funcione es la BRUTAL nostalgia que desprende y su intenso aroma a exploit de comienzos de los 80. Tiene magia, tiene encanto, tiene un noseque que la hace especial y para los fanáticos del cine de terror de los 70 y los 80 es una gozada. La película es una chapuza en algunos aspectos y eso no se puede negar: su guión es un disparate, la historia es inconclusa y a veces incluso confusa, los actores están de patio de colegio, hay diálogos de coña, personajes que van y vienen sin pintar demasiado, etc... No se puede negar que su valor artístico es escaso y cualquier cinéfilo de criterio la pondría a caer de un burro. Pero los que entráis a leer aquí sabéis de más que me ABURRE el cine gafapastas (Hello Woody Allen, Hello Sofia Coppola) y admiro muchísimo a gente como Joe D' Amato o Umberto Lenzi así que evidentemente "Satanás, el reflejo del mal" es una peli que me ha molado bastante.Y no, ni si quiera yo puedo decir que sea buena. Pero hay un par de cosas de esta película que me han cautivado bastante y no he podido evitar pasar un agradable rato de diversión con ella. Una es su B.S.O.: potentísima, clasiquísima, mítica, 100% ochentera, escalofriante, chirriante, con abuso de sintetizadores y... ¡Similar a la de "Halloween" de John Carpenter! Porque si, tiene un ramalazo halloweenesco que nadie puede negar pero a pesar de ciertas similitudes esta B.S.O. brilla con luz propia y es una chulada. El otro punto destacable es por supuesto su fotografía y atmósfera que juegan completamente a favor de la película. Ese aire retro, absolutamente Grindhouse, de película vieja y barata, sucia, underground... ¡Puro amor! "Satanás, el reflejo del mal" puede tener un guión que hace aguas y que además es un plagio descarado de otras películas pero su atmósfera malsana es única. No puedes tomártela demasiado en serio porque sus fallos a veces son risibles y su cutrez y bizarrismo la hacen involuntariamente cómica. Pero uno ve esas imágenes, esos planos tan sugestivos, ese tratamiento de la luz y los colores... La fotografía antigua le da un toque nostálgico y oscuro transmitiendo un ambiente de mal rollo muy bien conseguido. Que la gente vaya a ver cine en 3-D y se compre los blu-rays que le de la gana pero a mi estas joyas casposas con esa atmósfera tan sucia y esa fotografía vintage de película barata me conquistan y me vuelven loco. Sobre el argumento decir que es un refrito entre "Halloween" (copia descaradamente algunos planos en plagios de juzgado de guardia), "El exorcista" y "Terror en Amityville". Y además las muertes "accidentales" de la película (perpetradas por el espectro del amante asesinado de la madre) sirvieron claramente para inspirar a futuros títulos del terror adolescente. Porque nadie puede negar que la saga "Destino final" (de la cual me considero súper fan) homenajea/copia el esquema de "Satanás, el reflejo del mal" en el que un ente todopoderoso, maligno e invisible provoca una serie de accidentes de tipo doméstico para cargarse al personal. A todo esto hay que añadir posesiones que se sacan de la manga cuando más les conviene, un espejo maldito, una familia en grave peligro... La verdad es que se trata de una cinta entrañable que aguanta un par de visionados porque, a pesar de ser bastante chunga los más nostálgicos sabrán encontrarle varias virtudes por las que merece la pena aguantar hasta el final. Tiene un par de altibajos narrativos, en los que la historia (ya de por sí incoherente como ella sola) se estanca un poco pero a rasgos generales se hace medianamente amena y entretenida. Como dato de curiosidad diré que la protagonista, Suzanna Love, es también guionista de la película y la pareja por aquel entonces del director. No es que la chica sea una gran actriz ni mucho menos, pero como scream queen de segunda fila cumple de sobra y está correcta.
"Satanás, el reflejo del mal" es esa mala película que os gustará sin saber muy bien el motivo y aunque podáis sentir vergüenza ajena de ella no tendréis reparos en verla más de una vez porque se trata de un claro caso de placer culpable. Grandisima B.S.O., estética retro y totalmente rollo Grindhouse, atmósfera muy bien conseguida, una fotografía tenebrosa y una historia que bebe del éxito de otros clásicos copiando de aquí y de allá. No es buena ni tampoco recomendable para todo tipo de públicos, pero los amantes de la serie B de los 70 y los 80 lo pasarán muy bien con esta propuesta libre de pretensiones y que hará las delicias de los que añoran aquella época dorada del género de terror. Yo desde luego tengo pensado volver a verla un par de veces más y me lo pienso pasar como los indios otra vez.
NOTA: 6/10
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